RELACIÓN APOLO-DIONISIO
Nietzsche propone la duplicidad Apolo-Dionisos como principios antitéticos,
que viven en constantes luchas y muy pocas reconciliaciones, pero es gracias
a esta duplicidad y sus encuentros contradictorios que se genera el arte.
Apolo como dios del sueño, es el encargado de inducir a las personas al mundo onírico, donde las imágenes son claves para dar forma figurativa en la realidad diurna al ideal del sueño, al hombre perfecto, al arte figurativo por excelencia, pues le muestra la bella apariencia de lo anhelado y le introduce así el deseo para lograr la perfección en la tierra.
Apolo es sueño, es bella apariencia, luz, fuerza,astucia, perfección y rigurosidad.
Dionisio constituye la idea de fiesta, música y placeres, es el enajenamiento
que produce la embriaguez y el éxtasis en el hombre, a través de este estado dionisíaco se intensifican las emociones al extremo del desfallecimiento y olvido de si, el hombre en la embriaguez que produce la fiesta se cree un dios y esto lo lleva al éxtasis y al espanto, después de la fiesta viene la resaca, dionisio propicia el placer y el conocimiento pero también el dolor.
Es en esta duplicidad donde se engendra el arte, gracias al desequilibrio e inestabilidad que da el encuentro entre lo apolíneo y lo dionisíaco.